Curapapo, Nozal 2009, 80 x 37 cm, óleo sobre lienzo.
Se les distingue por la jeta. Por el morro. También porque mienten sin descanso y no se inmutan. Pero sobre todo, lo más visible, el papo descomunal que muestran cuando alardean de pobreza mientras los fajos de billetes les estorban los bolsillos.