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Dioses Griegos

Dioniso

Dioniso, cafetinta de Nozal, 1982

Aunque nació semidiós, hizo tantas majaderías a lo largo de su vida que acabó por conseguir una plaza en el Olimpo, precísamente la que le cediera la diosa Hestia.

Dioniso es hijo de Zeus y Semele. Fue gestado durante siete meses en el vientre de la madre y los dos últimos en el muslo del padre, prerrogativa esta muy peculiar que no ha sido lograda posteriormente ni siquiera en pruebas de laboratorio. Ocurrió que Semele, siendo amante de Zeus y ya en avanzado estado de gestación, imploró al gran dios que este se le mostrara con todos sus atributos, petición que Zeus aceptó fulminando en el acto a su amada. Téngase en cuenta que los atributos aludidos son el rayo y el trueno.

Apiadado Zeus del feto inocente que se había visto envuelto en aquel desaguisado, optó por rescatarlo y coserlo a su muslo, a modo de injerto, para que de ese modo pudiera concluir su crecimiento.

La infancia de Dioniso fue dramática a causa de los celos de Hera, la esposa de Zeus, que no conforme con la muerte de Semele pretendía también la del fruto de aquel amor adúltero. Para evitarlo, Hermes vistió a Dioniso de niña, después Zeus lo transformó en cabrito, encomendándoselo a unas ninfas y aún así, más adelante, descubierto por Hera, Dioniso se ve obligado a huir a Egipto, Siria y Frigia. No obstante y a pesar de tanto esfuerzo por escapar del ansia de venganza de Hera, acaba Dioniso tocado por la locura que la diosa le envía en forma de regalo de cumpleaños.

Pasado ese tiempo que sólo los dioses juzgan necesario, fue devuelto Dioniso a su sano juicio gracias a la intervención de la diosa Cibele, que aprovechó la ocasión para mostrale todos los campos y las plantas que en ellos crecían. Dioniso entonces descubrió la vid y su curiosa aplicación. Iba a patentar el vino y registrar la marca "tinto rioja", cuando unos piratas le secuestran con la intención de robarle el invento y, de paso, venderlo en Asia como esclavo. Pero Dioniso ya estaba harto de tantas calamidades, de modo que ejerció al fin de dios: paralizó el barco de los piratas cubriéndolo de yedra, convirtió los remos en serpientes y a los marineros, que se arroaban al mar aterrorizados, los transformó en delfines. Desde aquel suceso se le adora como dios. Y desde entonces, Dioniso, se deja ver sobre su carro, tirado por panteras y acompañado de bacantes, silenos y sátiros.

Contra lo que pudiera pensarse, fue un esposo fiel que compartió fidelidad y felicidad con la diosa Ariadna, diosa por discreta más que por bella, a la que se recurre en los trances de la amistad.

Y fue Dioniso también un hijo agradecido, pues rescató a su madre del averno y, tras cambiarla el nombre, para no suscitar nuevamente los celos de Hera, la llevó con él al Olimpo.n

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Copyright Nozal, 1982.

> Ilustración que encabeza el texto: Dibujo del dios Dioniso, cafetinta de Nozal perteneciente a la colección "24 Dioses Griegos". De esta colección fechada y editada en 1982 se realizó una tirada de 200 ejemplares numerados y firmados.

> Texto e imagen están protegidos por la Ley de Propiedad Intelectual y registrado el Copyright. Si el texto o la imagen son utilizados o copiados, es preciso citar al autor y señalar la fuente (http://nozal.com)

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